martes, 18 de diciembre de 2018

QUERIDO SANTA


Querido Santa,

Te compadezco un poco porque igual que el gremio de hostelería y el de peluqueros se te acumula el trabajo para fiestas. No sé si utilizas un Excel para tenerlo todo controlado, sea como sea busca en tu base de datos y mira mi nombre. No te fíes de la foto que hay al lado, quedo fatal en las fotos y últimamente los espejos se me rebotan también un poquitín, échame una mano con eso. No he sido todo lo buena que podía ser, pero es que para sobrevivir en la jungla a veces hay que saber pensar como los depredadores. Sin embargo, mi instinto depredador está bastante averiado, así que la mayoría de las veces me he portado bien porque no soy lo bastante lista para ser mala. Les pasa a muchos, sólo que yo me doy cuenta.
Hablemos de dinero. Reparte mejor. No te pido cash, no soy tan vulgar, pero reparte mejor. Pásate por el ministerio de Trabajo y sube los sueldos, baja los impuestos y ayúdanos a tener una sanidad y una educación gratuita.
Trae para todos un poco de tiempo. Para perderlo. Para mirar como cae la lluvia o la nieve detrás de la ventana. Para compartirlo con aquellos que queremos compartirlo. Para sentarte en el cine y conocer mil historias que pasarán a ser parte de ti. Para cantar en un karaoke o para acariciar a un gato. Necesitamos más tiempo para poder perderlo con calidad. En la misma caja del tiempo, pon un poco de sensibilidad para ver la belleza, esa que a veces se escapa si no estás atento, haz que apreciemos lo fugaz y lo hagamos inmortal en nuestro recuerdo.
Tráenos ganas. Ganas de mejorar, de sentir, ganas de leer y de escuchar, tráenos ganas de vivir sin complejos ni tristezas, sin conciencias falsas dadas por los demás. Ganas de desaprender lo aprendido que ya no nos sirve para nada.


Deja que perdonemos y mucha parte de ese perdón lo utilizaremos para perdonarnos a nosotros y así poder avanzar. Trae menos gritos y más risas. Más libertad y menos vetos. Llévate en el camino de vuelta toda la intolerancia e incultura que encuentres. Llévate el odio gratuito, ese que parece encender las hogueras y provoca terremotos de malestar. Llévate también al muermo. Ese del que hablaba Pepe Rubianes en uno de sus monólogos. Llévatelo lejos porque a veces se sienta delante de nosotros y no nos deja ver las maravillas que existen al otro lado del cristal.
No te olvides de dejarnos un poco de buen humor, para poder superar los momentos difíciles.
Como es una carta comunal, te perdono el carbón que merezco este año, puedes dejarlo a alguien que lo necesite más que yo.

Besos,
Sofia.


Querida Sofia,

No suelo responder cartas pero voy a hacer una excepción mientras me tomo un café. Creo que me confundes con alguien que celebra su cumpleaños el 25. No está en mi poder traerte todo lo que me pides, yo reparto PSP 4 y Barbies rubias. Pero como tu carta no tenía faltas de ortografía te voy a regalar unos de consejos.
Si te ves mal en los espejos y las fotos, seguramente es que los miras mal. Prueba a mirarlos mejor y verás cómo te devuelven la imagen que tú quieres. Dices que hay que ser un depredador para vivir aquí, qué quieres que te diga, pienso que los depredadores acaban sobreviviendo pero se sienten muy solos. ¿Qué reparta mejor el dinero? Pensadlo mejor vosotros a la hora de votar. Simplemente eso. Y quejaros cuando algo sea injusto, el que observa una injusticia y no se queja es peor que el que la comete. A veces nos tratan como dejamos que nos traten y es culpa nuestra.
El problema que tenéis con el tiempo, es que no lo sabéis gestionar. Dime en qué nivel de Candy Crush estás y te diré que todo ese tiempo lo podías haber empleado para otra cosa. Las ganas las tienes, vienen de serie en cada ser humano pero a veces no las utilizáis como los intermitentes del coche.
Con el muermo yo tengo el mismo problema y a veces me cuesta echarlo, Peter Pan me dijo que si pensaba en cosas alegres podía volar, te diré un secreto, el muermo no puede.
He terminado mi café, vuelvo al taller de juguetes que tengo a los elfos doblando turno y necesitan ayuda.
Dos besos uno por mejilla.


Santa Claus.


Hasta el año que viene, gracias por seguir leyéndome y sed felices.




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