lunes, 24 de septiembre de 2012

Heráclito, el cambio y yo.


Todo cambia, nada permanece. No nos bañaremos dos veces en el mismo río.  El Ente deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al que nada escapa.
Y no lo digo yo, sino Heráclito el Oscuro, un señor que dedicó su vida a pensar, a misantropear (sí, ya se que este verbo no existe) y a confundir mis tardes domingueras, dejándome una sensación de que es inútil lo que hagas y de “comprender que es imposible rebelarse contra el devenir” como dice la canción.(Por cierto, la canción, por si alguien se lo pregunta es "El momento más feliz"  de "La casa azul")
Pues este señor tendrá mas razón que un santo. Y habrá pasado su vida pensando cosas profundas, sin perder el tiempo mirando comedias románticas de Doris Day, pero aquí desde el siglo XXI, le podría demostrar que hay cosas que no cambian. Por ejemplo, yo. Más que nada, situaciones que parecen repetirse como si estuviéramos atrapados en el tiempo. (Dios mío, 15 líneas y dos referencias a cine tonto...tengo que decir en mi defensa que a veces miro las películas que recomiendan los críticos de cine, casi nunca las disfruto y creo que ellos tampoco, pero las veo, porque alguna vez entenderé alguna y sabré que ha llegado mi cénit mental).
Pues eso, que sin entrar en detalles, diré al Sr. Heráclito que soy muy capaz de tropezar una y mil veces con la misma piedra. Así que debo suponer que yo, o más bien mi actitud escapa a ese cambio. Y no es que no le ponga voluntad. ¡¡Yo quiero cambiar!! Me encantaría estar en una conversación y decir exactamente lo que pienso. 
Pero muchas veces me limito a asentir y no discutir. En mi cabeza se producen conversaciones paralelas, y tiendo a pensar, podría haber dicho esto, o esto otro...y debo decir que en mi cabeza acostumbro a ganar la batalla dialéctica.
Con lo bonito que es discutir. Defender tu punto de vista con alguien que no grita ni se cierra en banda, aunque piense algo distinto que tu. Creo que se está perdiendo este arte.

Me prometo a mi misma intentarlo. Sucumbir al cambio. A mi cambio de actitud, y darle la razón a Heráclito el Oscuro. Todo cambia. Todos cambiamos. Hasta yo.

2 comentarios:

  1. Entiendo lo de querer cambiar. Quien no lo ha querido en algun momento? Ahora bien, desde mi punto de vista, bastante egoista por cierto, no cambies demasiado. Heraclito, mi viejo amigo del Insti. Todo un orgullo para él haber sido invocado por la gran Sofia.
    Excelente entrada.
    P.d. Desde este movil aun no se echar mano de los acentos
    Juan R.

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  2. Tus comentarios me alegran la semana.
    Un beso J.R
    Sofia

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  Tengo un amigo que ama las distopías. Escribe sobre ellas y parece que todo lo analiza con precisión quirúrgica, cuando lo imagino delante...