martes, 31 de julio de 2018

COMBATE EL CALOR Y ENGAÑA AL CEREBRO.


Alguien me ha comentado hace poco que un verano leyó un libro ambientado en invierno y no notó tanto el calor. Y tiene razón ya que si te sumerges totalmente en una novela o relato, si ves alguna fotografía que te encanta o te horroriza, tu cerebro reaccionará como si lo vivieses en primera persona.
Hace unos días que hago aquello que prometí no hacer. Quejarme del tiempo y ponerlo de excusa para todo. Y no sólo lo hago yo. Lo hacen todos. Estoy cansada, es el calor. Los niños se pelean, es el calor. Los taxis hacen huelga, es el calor. Y no tengo ganas de hacer nada más que mirar películas tontas y series divertidas…obviamente es el calor. Porque yo en invierno leo a Nietzche y miro pelis iraníes subtituladas.
Pero volvamos al libro ambientado en la nieve del que os hablaba al principio. Si lo que vivimos a través de nuestros ratos de ocio con la lectura o el cine o la música, nos hace sentir igual que cuando vivimos a tiempo real las cosas, os prometo que me he enamorado millones de veces, he visitado países lejanos y he viajado en el tiempo.
Y como os he prometido maneras de combatir el calor y no sacarlo en cada conversación que tengáis con humanos o mascotas, os voy a dar algunos consejos.
Si tenéis la suerte de tener un cine cerca podéis echar una maravillosa siesta con “Mamma mia, una y otra vez”. El cine donde fui tenía la temperatura del aire acondicionado perfecta, pedí una Coca-Cola y no me dormí, así que vi a Cher en pantalla grande. Y eso es lo mejor de la película.
Pero aconsejo tirar de “streaming” o de videoteca. La verdad es que los estrenos de cine en verano son un poco tirando a malos.
Mi consejo es ver pelis antiguas. De las que veías por la tele, normalmente en el segundo canal los veranos de tu infancia.
Yo propongo cantar bajo la lluvia con Gene Kelly. Ver bailar a los 7 hermanos para impresionar a las 7 novias y esperar a que se deshaga la nieve para la primavera. Ir a Irlanda, con John Wayne y conocerlo como hombre tranquilo y no como vaquero que mataba a los indios. Ver el Gran Dictador y emocionarse. Y para terminar con algo diferente y casi un poco de multiverso y esas cosas que me gustan. Una película en blanco y negro y posiblemente difícil de encontrar “La vida en un hilo” (1945). ¿Os he hablado alguna vez de Edgar Neville? ¿No? Pues lo dejo para otro post.
Vayamos a mi terreno favorito. Series. Estoy viendo “The Office”. La última temporada. Sé que llego mil años tarde pero mira, te ríes mucho.
Aconsejo,  “Unbreakable Kimmy Schmit”. O revisionar “Rockefeller Plaza”. Creo que en las dos, la productora es Tina Fey. Esta señora y yo tenemos el mismo sentido del humor.
Ya sé que dicen que la risa es la mejor medicina. Pero para olvidarnos de las altas temperaturas lo mejor es pasarlas en Cicely de la serie “Dr. en Alaska”, donde no nos engañemos, aparte de cine, filosofía y belleza con toques de surrealismo, también hay comedia. O irte con el “Doctor Who” a conocer a Van Gogh, a Shakespeare, encerrar a Hitler en un armario, combatir con los Daleks o a ver el fin del mundo desde una terraza con vistas a nuestro universo.
Me doy cuenta que no dejo espacio para los libros. Voy a recomendar alguno. Dejad que os arregle la corbata y os alise el pelo porque os vais a Londres, nada como crímenes en la niebla para olvidar que es verano y no estáis de vacaciones, “From Hell” fantástica novela gráfica de Alan Moore. Sí, ese de los “Watchmen”. Pues “From hell”, habla de Jack el Destripador. Para los que decís que “novela gráfica” es otra manera de decir tebeo, os aconsejo un libro sin dibujos. Con hoteles vacíos y nieve. “El resplandor” de Stephen King. No me vale que recordéis a Jack Nicholson en la versión de cine. El libro es mucho mejor. Y tiene segunda parte, que es mala como ella sola, pero es verano y no estamos para pensar mucho.
Sí, ya sé que os he aconsejado cosas un poco antiguas, llamadlas “vintage” que queda más vendible. Pero siempre he creído que el verano es para los niños y vuestro verano será mucho mejor si os hace sentir un poco como cuando teníais tres meses de vacaciones y el lujo del aburrimiento.
Ah, los que esperaban por el título, recetas de limonadas frescas y mojitos caseros... Lo siento, pero siempre podéis bajar al bar. Y tomar una caña que en verano sienta genial. 

Os dejo con la canción que escuchaba mientras escribía esto. No os quejéis y sed felices.




lunes, 16 de julio de 2018

YO VENGO DE UN SILENCIO ANTIGUO Y MUY LARGO...


Estando de vacaciones a veces tienes la sensación de que la vida se toma un tiempo y descansa.
Pero el mundo sigue. Y estos días viendo la televisión me ha parecido que no sólo el mundo no se paraba sino que iba irremediablemente hacia el declive más absoluto. En mi casa siempre hemos sido de izquierdas. Incluso cuando era ilegal serlo. A mí, desde pequeña me produce cierta desconfianza cuando alguien se define abiertamente de derechas. Porque la gente razonablemente buena, la que luchaba por el estado del bienestar, ese que aún no ha llegado, siempre ha sido de izquierdas. Cosas de ser hija de un comunista. Al crecer me di cuenta que no había que tener miedo de la derecha. Había que tener miedo de los que decían que ya no existe ni izquierda ni derecha. Y a los que dicen que esas cosas no van con ellos. Para mí, todo ha sido fácil en ese sentido. Es ahora cuando observo el mundo y se me hace todo mucho más difícil de entender. A lo mejor son cosas de la edad.
Ayer veía en la televisión una concentración en el Valle de los Caídos. Para los que estáis de vacaciones o para los que directamente pasáis de todas las noticias os diré que la polémica viene con querer sacar los restos del dictador Franco de su sitio.  Y convertir el lugar en un sitio de reconciliación y honra a la memoria y a la convivencia.
Pero eso no convence a todo el mundo, así que un domingo por la mañana es perfecto para ponerte una camisa azul, desempolvar la bandera preconstitucional (sí, la del aguilucho) y cantar el “Cara al sol” con más pasión que sentido común.
Y ayer un Borbón sin corona y más gente de la que hubiera creído se concentró con la mano en alto gritando “Franco, Franco, Franco”, “El Valle no se toca”, “Españoles sí, ilegales no”. Comprenderéis mi absoluto pavor. El Valle no es sólo la tumba de Franco y de Primo de Rivera. Es una fosa común. Construido no solamente con mano de obra contratada sino también por 20.000 presos republicanos. Unos 30.000 cadáveres descansan ahí. De los dos bandos. Muchos sin identificar, de hecho más de 14.000.
La siguiente noticia me animó un poco. Nuestros vecinos los franceses, que mientras yo veía las noticias aún no habían ganado el mundial de fútbol, estaban en plena resaca del 14 de Julio. Día de la toma de la Bastilla. Aunque el día nacional de Francia no se celebra ese día por eso, se celebra por la Fiesta de la Federación, que empezó un año después y que fue el inicio más o menos de la revolución francesa.
Las causas de una revolución siempre tienen un elemento común. La rigidez. Visconti lo dice en “El Gatopardo”, debemos cambiar todo para que nada cambie. Que ya sé que sois unos puristas y estaréis diciendo ahora que la obra está basada en la novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, pero yo es que vi la película y no me leí la novela y además reconozco sin vergüenza alguna que la vi porque de pequeña adoraba a Burt Lancaster.
A estas alturas ya no voy a retomar el hilo de lo que estaba contando. El día que inventen un GPS para escritura lógica y coherente yo lo compro.
Aunque también es verdad que lo que escribo sale de dentro y por eso y sólo por eso no tiene porqué seguir un orden planeado.
¿Hablábamos de revolución? Dicen que cuando la Pasionaria volvió a España del exilio, dijo que todos tenemos un coche y un piso a plazos y que así era imposible la revolución.
Creo que tenía razón. Ahora tenemos un Smartphone y coleccionamos corazones en Instagram. Aunque muchos de nosotros, a pesar de las noticias, intentamos creer y crear un mundo mejor. Más amable y más humano, como dice la canción.
Hoy tendría que poner una canción que hablara de la paz, algo así como “Imagine” de Lennon. Pero la verdad es que os voy a poner algo para no olvidar el pasado. Y para no olvidar que el odio engendra guerras pero la indiferencia también.
Sed felices.




EL CREADOR DE DISTOPÍAS

  Tengo un amigo que ama las distopías. Escribe sobre ellas y parece que todo lo analiza con precisión quirúrgica, cuando lo imagino delante...