Dicen que los momentos difíciles agudizan el ingenio.
Este es el segundo año que en Balaguer, donde yo vivo, hay
poquísimas luces de Navidad. Por la crisis. Pues bien, como alternativa han
puesto un montón de estrellas de cartón plateado. Por un donativo que va
destinado a una maratón benéfica, escribes tu nombre en la estrella y la
cuelgan en el paseo. La verdad es que la primera vez que lo vi, era una mañana
gris del año pasado y pensé, “hay que joderse, que pobres somos”. Pero un día
al salir del trabajo, había oscurecido y las estrellas plateadas brillaban
reflejando la luz de las farolas. La verdad es que me encantó. No somos pobres,
pensé, es sólo que no tenemos dinero. (Frase que me aplico a mí misma constantemente).
Pues eso, mi pueblo está lleno de estrellas plateadas con
nombres escritos y verlo me pone de buen humor.
Hay otras cosas que me hacen feliz en estos días. Escuchar
los villancicos clásicos de Diana Krall, Michael Bublé o Harry Connick Jr. Aprender
a hacer canelones con mi madre. Sí, aprendo cada año, porque nunca, nunca me
saldrán como a ella.
Quedar con amigos. No con esos que no ves en años porque
no tienen tiempo, o porque la vida es así y habéis perdido el contacto (nunca
he creído en esa afirmación), sino con esos que están en contacto siempre
contigo, aunque vivan lejos. Y aunque estén muy atareados. Aunque sólo hables
con ellos por whatsapp o por el face.
Mirar películas rituales. Sí, esas que repito año tras año
en vacaciones: “Que bello es vivir”, “Love Actually”, y los especiales de
Navidad de Dr. Who.
Elegir una agenda nueva. Y esperar que se llene de cosas
interesantes y no sólo citas obligadas.
Hacer una lista de buenos propósitos, tacharla y quemarla,
porque este año pienso hacer lo que me de la gana.
Valorar a la gente positiva, por ejemplo a Albert y sus
chistes en facebook. Reconozco que me encantan, hasta los malos.
Aprovecho esta entrada en el blog, para desearos una muy feliz navidad,
llena de estrellas plateadas que bailan de noche con nombres escritos. Llena
citas interesantes. Llena de besos y abrazos. De regalos, de canciones y de películas
con finales felices. Y espero que todos seáis millonarios, sobre todo en amigos e ilusiones.