Mis domingos por la
tarde, suelen ser muy tranquilos. El domingo, no es un día que me guste
especialmente, yo suelo ser más de lunes. Normalmente, suelo pasar la
última tarde del fin de semana entre “zapping”, siestear y leer. Los días más
vagos gana el “zapping”, esos en que no tienes sueño pero tampoco tienes ganas
de pensar mucho.
Y así, una de esas tardes
fui abducida. Por la tele. En plan “Poltergeist”. Sí, fui a dar con un
programa, con pinta de documental, llamado “Generación Alien”. Y me enganchó.
Resulta que hay aliens. Por todas partes. Desde siempre. Son discretos eso sí,
y suelen darse paseos por la América rural. Hay aliens de todas formas y
colores. Pero todos vienen en platillos redondos. Siempre de noche. Vete tu a
saber, si los dinosaurios no fueron también aliens. Sí, hace poco vi “Pacific
Rym” y también me afectó.
Resumiendo, de
“Generación Alien” pasé a ver otro programa “Expediente no resuelto”, donde ya
tenía que haber cambiado de canal, pero como he dicho antes, estaba abducida y
no era dueña de mi voluntad. Pues, allí, los misterios que no se han resuelto,
también casi todos en a América rural, siempre tienen una conclusión, el pobre
campesino, ganadero o encargado de gasolinera acaba la entrevista diciendo: “No
se que fue, pero seguro que no era de este mundo”. Chas, chas...Aliens. Así que
puestos a perder el tiempo, esa tarde me dispongo a hacerlo a lo grande. Y voy
a internet donde busco más sobre el tema. De allí, que es lo que tiene la red,
voy de una página a otra, leo dos recetas de magdalenas, un artículo de
política, la crítica de una película y después doy, con las teorías de la
conspiración.
Que hay muchas y variadas. Y resulta que no todas están en la América
rural. Desde el “Yo acuso” de Emile
Zola, a la operación MK Ultra, desde las operaciones de bandera falsa a los
asesinatos de importantes personajes como Kennedy o Luther King. Lo leo casi
todo. No me entero de casi nada. Apunto mentalmente que quiero leerlo con más
calma. Y me doy cuenta de tres cosas. Una, que casi ha pasado la tarde del
domingo y no ha sido tan aburrida como esperaba. Dos, que nada es lo que
parece. Y tres, que la gente quiere creer en teorías misteriosas para explicar
lo que puede que sea perfectamente habitual. Pero también me asusto, al ver que
algunas teorías no me parecen descabelladas. Será que sigo abducida. Y visto el peligro de dejar el cerebro en "stand by" delante de la tele...El
domingo que viene puede que vaya al cine. O a dar una vuelta. O leeré una buena
novela. O salgo a tomar unas cañas. Pero me prometo mentalmente no dejarme abducir
más.