De todos los meses, el que menos me gusta es Febrero. Es
un mes “pocho”, acortado, frío e indeciso. La famosa cuesta de Enero, se ha alargado
peligrosamente hasta aquí. Hiela por las mañanas, no hay ni un día de
vacaciones, los estudiantes tienen exámenes y además me pone de mal humor.
Pero como soy muy “zen”, no dejo que me gane el mal humor
y lucho contra él.
Así que armada de buenas intenciones miro la cartelera de
cine. Y después de ignorar a la crítica, decido que quiero pasar un buen rato viendo una película. Y voy a lo seguro. “American Hustle”, y descubro grandes
interpretaciones, buen guión, y la destrucción absoluta de dos de mis mitos
eróticos: Christian Bale y Bradley Cooper. Lo siento chicos, no vuelvo a soñar
con vosotros nunca más. Bueno, si vuelvo a ver Batman a lo mejor perdono a
Christian.
Salgo a correr con la banda sonora de “La vida secreta de
Walter Mitty” en mi mp3. Y pongo en repetición hasta casi la locura “Space
Oddity”.
En el tema de lectura, me releo, esta vez en inglés por
eso de practicar, “Sense and Sensibility” de Jane Austen. Y le encuentro un
sentido al frío de fuera; leer con un té y una manta me aparta de las malas
noticias y me reconcilia el mundo.
Descubrimiento placentero del mes de febrero, el
chocolate a la flor de sal. Sinfonía de sabores.
Y entre las mejores cosas, nuevo proyecto literario entre
manos, en colaboración como siempre de Lluís y Vicenç, estoy ilusionada y feliz
por trabajar otra vez con ellos.
Así, con mi mal humor medio vencido, me decido a salir y
celebrar que ya estamos a 17 de Febrero, que hoy es lunes, y los lunes me
encantan, y que el mes que viene, empieza la primavera. Y una vez más la luz
habrá vencido a la oscuridad.