Hoy voy a divagar un poco.
Hace nada, vi otra vez la película “Amanece que no es
poco”. De verdad, esa joya del cine debería ser obligatoria en clase.
Surrealista como ella sola, el universo amanecista se llena de personajes muy
conscientes de lo que son. Entre los mil diálogos geniales, hay uno que me
encanta. Se trata de una escena en que
el párroco (Cassen) y el cabo de la Guardia Civil (Saza), hablan sobre
el libre albedrío.
A este detalle vamos a sumarle otro factor que justifica
mis divagaciones: acabo de leer la trilogía de Glenn Coopper sobre los escribas
(no cuento nada más por si alguien la está leyendo) y me dejó preocupada.
Como mi cabeza tiene tendencia desconectar de la
realidad, me puse a pensar sobre el determinismo versus el libre albedrío.
¿Está todo escrito o nosotros elegimos?
¿Por qué sigo leyendo mi horóscopo si no me creo nada de
nada?
Vamos a analizar un recurso cinematográfico: “El clavo de
Chejov”, dicen que cuando una película te muestra la escena de un clavo, tarde
o temprano van a colgar algo de él. Un cuadro, una chaqueta o una cabeza
cortada, eso ya depende de lo que veamos.
En la vida, a veces, pequeñas cosas te llaman la
atención, una esquina, una foto, un pastel de crema (sí, sigo de dieta), o una
persona. Y luego resulta que cuando ya lo habías olvidado, vuelve a aparecer,
en otra circunstancia distinta de la primera vez y le da un
sentido a que te fijaras en eso en el pasado. Esto sería un punto a favor del
determinismo ¿no?
¿Habéis escuchado el famosísimo discurso de Steve Jobs?
Ese tan inspirador, en que afirma que al final sólo hay que unir los puntos.
Las pequeñas decisiones han marcado el camino, y a veces, esas pequeñas decisiones
son las que diseñan tu vida.
Y este punto se lo doy al libre albedrío.
Lo dejo en empate y me tomo otro café. ¿Otro? Sí, adoro
el café. Aunque luego no pueda dormir. Pero hago cosas tan interesantes como
ver películas viejas.
Y decido que me paso a la improvisación, a veces, coger
una carretera que no sabes dónde te lleva es la mejor receta para ser feliz. Y
al final, eso es lo que buscamos todos. Ser un poco más felices.
Disfrutad de la primavera, os dejo enlace a la escena de
la película.