Después
de “Acción de gracias” empieza la campaña pre Navideña. Para mí, mucho más
agradable que la misma Navidad. Y os preguntaréis por qué, bueno, o no, pero lo
voy a decir igualmente.
La
campaña pre fiestas se inaugura oficialmente en Estados Unidos, que es quien
manda sobre tendencias, con el “Black Friday”.(No me abucheéis mientras me estáis
leyendo desde vuestros Iphones o bebiendo Coca-Cola).
El
viernes negro, es un día de rebajas especiales, donde la gente aprovecha para
comprar los regalos de Navidad, al día siguiente de Acción de Gracias. Día que
aquí no celebramos, pero que conocemos sobradamente gracias a “Friends” y a películas
americanas.
La pre
navidad me encanta por eso del deseo y las expectativas. Y yo soy muy de eso.
Me encanta la preparación. A veces más que el mismo momento. Comprar regalos,
salir y ver lucecitas por todos lados y tener excusas para comer chocolate y
beber cava. Se ha criticado mucho la hipocresía de esta celebración, la gente
que te felicita pero que durante el año no te dice nada aunque te pise por la
calle. Baahhh… no importa, lo que importa es que te gritan “Felices fiestas”
desde el otro lado de acera, a pleno pulmón, como si de verdad les importara
que lo pasaras bien esos días, y eso, pues mira tú, es un detalle.
¿Qué
haré por mi campaña pre-navideña? Pues ir a ver a Woody Allen al cine,que parece que estrena película, esta vez con Colin Firth, que siempre es una buena
idea. Pasar una tarde viendo “Love Actually”, quejaos lo que queráis, a mi me
encanta, es de las únicas cursis y romanticonas que soporto. Ver “Que bello es
vivir”, lo bonito es ir siguiéndola cada año para ver en qué canal y a qué hora
la ponen. Hacer una maratoniana preparación de spinning y abdominales para que
me quepa más turrón. Enviar una felicitación, seguramente vía mail a mis
amigos. Escuchar villancicos en el coche y cantarlos, mi favorito “Merry
Christmas baby” de B.B King, buscadla, en serio.
Y a escuchar
divertida, a todos aquellos que me encuentre que se quejan de la Navidad pero
luego van de culo por San Valentín a comprar algo para sus parejas. En serio, me caéis mal.
Y para
terminar esta entrada, acabaré con un anuncio que me hizo llorar y mucho, así
que después de la fama de “corazón de hielo” que me gané con el anterior post,
os haré llorar un poco. Lo ví a las 6 de la mañana antes de ir al gimnasio, y
cuando llegué justifiqué mi rojez de nariz y ojos a un inventado resfriado. Se
trata del anuncio de los supermercados británicos Sainsbury 2014/15. Por cierto,
así empezó la tradición de “Alto al fuego navideño”, así que está basado en una
historia real. Os dejo el enlace. Disfrutadlo.