Bueno,
inauguramos temporada navideña con el anuncio de la lotería. Aún estoy pensando
si el publicista del año pasado es un listillo que sabía que todo Dios se
chotearía de los cantantes, y eso cuenta como publicidad, o si detrás de la
Caballé y Raphael había un intento de contactar vía Ouija con el generalísimo.
Porque yo al terminar el anuncio esperaba oír al abuelo de “La gran familia”
gritando “Chenchoooooo”. En serio, después de verlo, miré fijamente mi Smartphone de
última generación para asegurarme que funcionaba.
Vale,
no es última generación, pero se me entiende.
Pues
este año, los publicistas se reunieron y pensaron, con este sí, acertamos.
Vamos a tocar la fibra sensible del personal.
Me ponen
a un señor con cara de “la he cagado, pero bien”. Que está así, porque no ha
comprado lotería del bar donde va siempre, y resulta que ha tocado. Los motivos
de no haberla comprado, (no se si se ven en una versión más larga que la que yo
he visto), intuyo que son los recortes caseros a los que nos vemos todos
sometidos.
Hasta
aquí la parte real del anuncio. Si lo hubiera dirigido Almodóvar, saldría la
mujer que sería Rossy de Palma, gritando, “Desgraciado, que no haces nada bien,
inútil más que inútil…”. Pero resulta que lo ha dirigido el mismo que dirige
las películas navideñas que echan a partir de noviembre en las sobremesas de
A3, y claro, la mujer comprensiva, le abraza y le dice que no pasa nada. Que
baje al bar a felicitar a su amigo. Un poco de mala leche allí, sí que veo.
El
hombre va al bar, con una musiquita acorde con su ánimo. Si hubieran puesto la
sintonía de “Benny Hill” seguro que no nos da la misma penita. Y allí todos
celebrando. Se pide un café, y felicita al dueño. Al pagar el café, el dueño le
dice que son 21 euros. Porque resulta que le ha guardado un décimo. Y aquí la música sube, todos lloran, y la frase del año: “El premio es
compartir”.
Ayer un
amigo me dijo que lo había visto y se había puesto de mala leche. Yo le dije
que tenía el día hormonal y que esperaba a verlo porque seguro que lloraría,
que yo soy muy de llorar.
Pues
Lluís, yo también me he puesto de mala leche.
Siento
decir que echo de menos al calvo de la lotería. Y que estoy segura de que con
mis compañeros creativos, bordamos un anuncio mucho mejor que éste para el año
que viene. Venga, que el nivel está bajito, yo creo que nos lo compran.
En fin,
ésta ha sido una entrada monotemática, y de carácter especial, pero vuelvo pronto con otra entrada más
amena.
Y recordad,
que si el premio es compartir, os podéis premiar compartiendo este blog. Con lo
bonico que es.
Besos,
y sed buenos.
Aquí el amigo de mala leche.
ResponderEliminarMe parece una burda manipulación para q gente con muy pocos recursos siga comprando loteria, dejando de comer si es preciso (ellos manipulan, yo manipulo comentando).
Y viene a decir que lo único que puedes esperar del Estado para salir de la crisis es tener suerte y te toque la loteria.
Sof, magnífico artícuo, como siempre.