Leo en un artículo que hace 22 años,
Arthur Aron, elaboró un test de 36 preguntas, que hechas entre dos
desconocidos, hacen que se cree una intimidad tal entre ellos, que se pueden
llegar a enamorar. Ahora, Mandy Len Catron, una periodista del New York Times, dice
haber comprobado su eficacia.
Las preguntas son de lo más variopintas,
y no sé si funcionan o no, pero yo me las he hecho a mi misma y he llegado a la
conclusión de que soy encantadora. En serio. Además soy muy partidaria de que uno debe conocerse muy bien a sí mismo antes de enamorarse de otro. Ya me contaréis si alguien se anima a probarlo y le funciona.
Ayer, navegando por internet a altas
horas de la noche por culpa del insomnio di con una página que hablaba del “Test
de Turing”. Que me despejó un montón, con lo cual hoy me he dormido y me he
saltado la primera hora del gym. Otro día buscaré páginas porno a ver si me
duermo antes. Alan Turing allá por los 50 dijo que una máquina podía convencer
a un ser humano de que era un ser humano. La prueba consiste en un juez
situado en una habitación, una máquina y un ser humano en otra. El juez debe
descubrir cuál es el ser humano y cuál es la máquina, estándoles a los dos
permitido mentir o equivocarse al contestar por escrito las preguntas que el
juez les hiciera. La tesis de Turing supone que si ambos jugadores son
suficientemente hábiles, el juez no podrá distinguir quién es el ser humano y
quién la máquina.
Pues en junio de 2014 una máquina
convenció a los jueces que era Eugene Goostman, un adolescente de 13 años.
He escuchado parte de la transcripción, y puedo decir que
algunos de los adolescentes que conozco escriben respuestas mucho peores. Pero
lo que me preocupa es que una máquina lograra engañar a un juez. Ahora miro con
recelo a mi PC, y me pregunto que estará tramando entre actualización y
actualización.
Y para terminar, preparad vuestras camisetas con superhéroes,
poned los tarros de galletas en forma de Tardis encima del escritorio y
celebremos que el próximo lunes será el día del “orgullo friki”. Toda esta
movida, empezó gracias a unos foreros hablando en un hilo del Universo Marvel,
en el 2006. Pero si quereis leer la historia, visitad la página www.orgullofriki.com . Los que tienen la suerte de estar en Madrid
este fin de semana podran asistir al “Frikimad”. No es mi caso, seguro que
acabo en una conversación sobre el coste de la vida, el cinismo de los
políticos o de lo difíciles que son los niños hoy en día.
Es lo que tiene ser cuarentona en una capital de provincias,
no hay tiendas de cómics, ni gente que entienda la palabra “whovian”, ni que el
Capitan Jack es John Barrowman y no Johnny Deep. Pero no me quejo, seguiré intentando desviar conversaciones a mi terreno y "frikizar" a todo el que pueda.
En fin, sed felices, y aprovechad el tiempo, al fin y al
cabo, al final todos somos historias, hagamos una que valga la pena. (Cierto,
la frase es de Steve Moffatt).