Hace días que me digo, tendría que
escribir algo para el blog. Es por eso que voy mirando las noticias, a ver si
me inspiro. Veo una página que dice que el Tribunal de la UE avala la decisión
de algunos estados de que los gais no puedan donar sangre. Me quedo muda. Miro
la página otra vez, puede que sea una broma de mal gusto. Pues no, es una
noticia real.
No se me ocurre ninguna explicación
coherente. A lo mejor estoy en un universo paralelo y surrealista. Compruebo la
fecha en mi ordenador y veo que estamos
en Mayo del 2015. ¿Seguro que no estamos en el siglo XV?
Yo misma me contesto que no, porque soy
rubia, pero hasta yo sé, que en el siglo XV no se puede consultar la fecha en
el ordenador.
Sigo con mi teoría del universo
paralelo. Leer a Murakami, a veces hace que tenga la mente abierta a estas
cosas.
Continúo buscando evidencias. Las
encuestas electorales dicen que a pesar de los casos de corrupción, vuelven a
ganar los mismos. Clarísimo caso de enajenación mental colectiva.
Leo que Paraguay, prohíbe el aborto a
una niña violada de 10 años. Las aportaciones del estado a cultura en Cataluña
caen un 80% en los últimos 4 años. Un 90% de los hombres llevan barba. Aunque de
eso no me quejo, soy “barbafriendly”. Pero paseas por la calle y parece una
película de los 80.
Decido mirar las cosas desde otra
perspectiva. Y me dedico a recolectar buenas noticias. Aunque sean más cercanas
y no salgan en los periódicos. Lluís y David, serán papás, la semana que viene,
y confieso que me emocioné al saberlo. Prometo retrasar mi mensaje diario de
buenos días para no despertarlos, porque seguro que les espera más de una noche
en vela. Me declaro muy fan del vino Jean Leon 3055, que probé por primera vez
el domingo. Quiero visitar la bodega ya. He hecho mi visitilla a la playa, con
lo que para mí, ya es verano. He escuchado un fantástico concierto de Jazz en
el Palau Maricel. Y cuando miro la cartelera, veo que estamos en una época en
que las películas de acción ganan a las románticas. Por fin.
Pero el problema que se me plantea es: ¿Qué
hago con las malas noticias? ¿Dónde reclamo? ¿En qué mundo se ve “normal” que
un homosexual no pueda donar sangre? ¿La violación de una niña de 10 años? ¿Las
guerras religiosas, políticas o económicas? El mundo no se parece en nada al
que yo soñaba de pequeña. Y me digo a mi misma que algo hay que hacer para que
cambie. Aún no se cómo. Pero sí sé que un pequeño cambio de actitud supone una
gran diferencia.
Sed felices. Y esta vez debo añadir que
tenéis que ser también conscientes. No puede ser que leamos ciertas noticias y
nos quedemos igual, como si fuera una anécdota. Pensad que en el fondo todos somos
uno, y callar ante una injusticia, es en realidad, maltratarse a uno mismo.
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