Aprovecho que las temperaturas, son como
una plaga bíblica, y me siento al portátil, con un té con hielo al lado y os
escribo algo. A parte del calor, últimamente, veo señales del apocalipsis por
todos lados. La primera, es que la semana pasada había unas niñas jugando en la
acera y yo pasé por su lado. Una de las niñas le dice a la otra: “Deja pasar a
la señora”. Yo me giré para dejar pasar a la abuela que debía venir detrás, al
no ver a nadie asumí que la niña veía fantasmas, en plan médium. Cuando llegué
a casa pedí hora para la peluquería y teñirme las canas, para que el fin del
mundo me pille arreglada. Es curioso como los más jóvenes que tú, te ven tan
mayor. Y lo poco dotados que están cronológicamente. Hace poco, estaba
explicando la edad media en clase y alguien me preguntó, ¿y cómo os comunicabais
sin móvil ni internet? ¡Mandábamos mensajes a caballo, vive Dios!
Sí, viví la era pre internet. Cuando los
trabajos del colegio eran un copia y pega de la “Enciclopedia Espasa”. Aunque
lo teníamos que copiar a mano. Como escribas del "Nombre de la Rosa".
Una de las cosas que había en esa época,
eran los libros con las letras de las canciones. Claro que las canciones solían
tener más de tres palabras distintas. Y los libros con guiones de película. El
primer avance tecnológico que viví fue el vídeo, aparato deseado, que no llegó
a mi casa hasta que ya era mayor, por eso de no despistarme en los estudios.
Pues gracias a la terquedad de mis padres, como mi mente demandaba dosis de
ficción, me leí casi toda la estantería de literatura clásica de la biblioteca
municipal. Al no tener video, me compraba los libros con los guiones de las
películas, y cuando las veía, me sabía los diálogos de memoria. Recuerdo haber
leído “Manhattan” de Woody Allen y acudir a la fonoteca a buscar la canción “Rapsodia
azul”, porque la acotación del principio, la nombraba.
¿Veis? Señales de apocalipsis. Ya hablo
del pasado lejano como si fuera algo genial.
Otra señal, es que la noticia de la
semana sean los pitidos a un himno en un partido de fútbol. La sonrisa del
president Mas. Las pulseritas de “no podeis”, donde por cierto, se han olvidado
de poner el acento. Claro que las faltas de ortografía, llegan a tales extremos
que ayer vi “habezes” escrito en una redacción y lo corregí, sin desmayarme ni
nada.
Y por último la peor señal de todas. Rita
Barberá, no será la alcaldesa de Valencia. Ni Esperanza Aguirre la de Madrid.
Caos, caos everywhere.
Nada más por hoy, sed felices y recordad
que si el termómetro pasa de los 30ºC, es legal ir de cañas entre semana. Os dejo con "Rapsodia azul" por si alguien se pregunta a qué suena Manhattan. Feliz Junio.
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