Creo que lo que me atrae de los viajes en el tiempo es
ese concepto del “fuera de lugar”. Ver a alguien con la educación y la
influencia cultural de su época visitando otra. Pasado o futuro. Confieso que
mis episodios favoritos de la serie “Dr. Who” son aquellos en que interactúan
con personajes del pasado como Agatha Christie, William Shakespeare o el
magnífico episodio de Vincent Van Gogh. Con estos datos, podréis adivinar que
la serie “El ministerio del tiempo” de Televisión Española, está hecha para mí.
La verdad es que me ganaron en el primer episodio cuando “Alonso
de Entrerríos” preguntaba quién era ese tal “Alatriste” con quien lo confundían
todos.
Esta semana, dedicada a la segunda parte de “los últimos
de Filipinas”, la serie sufrió un parón. Aunque se comenta que ya estaba
previsto y fue un error comunicarlo tan tarde, a todos los seguidores nos pilló
de sorpresa.
En twitter salió el Trending Topic #YosalvoMdT y creo que
quedó más que claro que los fans se sorprendieron al saber que aún no estaba
confirmada una tercera temporada. Yo no entiendo de índices de audiencia, ni de
merchandising o rentabilidades. Sólo entiendo de sensaciones. Y de calidad. No se
puede negar que la serie rezuma calidad por los cuatro costados. Los diálogos
llenos de guiños, algunos cariñosos, otros divertidos; los actores que tienen
química entre ellos; y las historias bien desarrolladas. Su humor, lejos del “Slapstick”
y de lo soez, se acerca más a la sutilidad de las series de la BBC. Y quizá por
eso y por lo de moda que está últimamente este tipo de género, la serie goza de
unos fans fieles. De esos que te siguen aunque cambies de canal. Y también de
esos que se disfrazan para ir a una comic con.
La base cultural de la serie, debería ser razón
suficiente para que la renueven, la mimen y la conviertan en un clásico. La
verdad es que consiguen acercarte a personajes como Lope de Vega, Velázquez o
Lorca. Te enseña cosas que yo debí haber aprendido en clase, pero la “Logse” no
me dejó. Por ejemplo, yo no sabía que Napoleón pasó una noche en un convento
español, o que Lorca era un visionario que había predicho incluso su muerte en
sus poemas.
En fin, que para un ministerio que funciona, que no nos
lo quiten. Os dejo con un clip de Napoleón y Angustias que se hace pasar por
monja y le enseña a preparar el pollo con patatas. Si es que sólo con eso no
puede ser que no os enganche.
Sed felices, y Ministéricos.
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