lunes, 4 de junio de 2018

DESMONTANDO A MARILYN.



El 1 de Junio de 1926, nace Norma Jeane Mortenson, que luego sería conocida como Norma Jeane Baker,  con la ignorancia absoluta que un día sería leyenda.
Norma Jeane tuvo una infancia difícil. Como casi toda leyenda que se precie.
Poca cosa podemos añadir a su comentada biografía. Sus matrimonios por ejemplo. Recuerdo que cuando yo era adolescente vi una foto de Marilyn con uno de sus maridos, Arthur Miller. Y pensé ¿Qué tendría ese hombre desgarbado para atraer a una mujer como Marilyn que podría estar con quien quisiera? Después crecí un poco y leí “Muerte de un viajante” y pensé ¿Qué tendría Marilyn para atraer a Arthur Miller?
Mi idolatría por Marilyn llegó tarde. Yo era muy fan de Rita Hayworth. También de Ginger Rodgers. Para mí, el cine clásico no entendía de épocas, sólo era clásico. La absoluta veneración por la rubia me viene de su personaje Lorelai Lee en “Los caballeros las prefieren rubias”. Siempre creí que en el fondo Marilyn era Lorelai. Cuando me leí el libro de Anita Loos, vi que el personaje era mucho más complejo que en la película y me reafirmó en mi teoría de que Marilyn siempre fue Lorelai Lee.
No imagino las guerras que debió lidiar la rubia en la época de latón dorado de Hollywood. Creo que era un tiempo lleno de Harry Weinsteins por todas partes. Una de sus frases más famosas es “En Hollywood pueden llegar a pagarte 1000 dólares por un beso pero tu alma no vale más de 50 centavos”.
Fue nombrada “Miss Alcachofa” en 1947 en Castroville, California. Su bebida favorita era el Dom Perignon 1953. Era una tardona compulsiva y tuvo serios problemas con muchos de sus compañeros de profesión debido a su actitud de Diva. Su madre era una enferma mental y esa sombra siempre planeó encima de la cabeza de Marilyn con el miedo a que ella hubiera heredado tal enfermedad. Le encantaban los animales y Frank Sinatra le regaló un perro cuando se divorció de Joe DiMaggio, le puso “Maf”, de Mafia. DiMaggio traía flores a su tumba cada semana, como le prometió si ella moría antes que él. Era una mujer culta y se sentía fascinada por la gente inteligente. Leía mucho, escribía poesía y coleccionaba arte. Le gustaba el perfume “Chanel nº 5” cosa que nunca he podido llegar a entender. Fue amiga de Truman Capote. Amante de un par de Kennedys. Y considerada una bella tonta por muchos de sus fans. Ingresó en el Actor’s Studio y recibió clases de Lee Strasberg. Fundó su propia productora y nunca estuvo tan bien pagada como puedas imaginar.
Pero ¿Y la Marilyn humana? Algunas cintas de su último psicoanalista salieron a la luz, revelando una mujer atormentada y llena de miedos. Una criatura insegura.
Su última cena se la trajo Jean Leon a su casa, su plato favorito fetuccini y vino.
Dicen las malas lenguas que una vez Marilyn le propuso matrimonio a Albert Einstein y le dijo “¿Se imagina un hijo nuestro con mi belleza y su inteligencia?” A lo que el físico respondió “Temo que el experimento saliera al revés con mi belleza y su inteligencia”. Nadie habla del alto coeficiente intelectual de la rubia, que algunos dicen era superior al del científico.
Con ella comparto algunos puntos comunes: como su color de tinte, su amor por los animales, algunas inseguridades y su gusto por los hombres listos. No nos engañemos, preferiría compartir sus medidas, su talento y su inteligencia. Pero así son las cosas.
Muchas teorías de la conspiración han hecho correr ríos de tinta a partir de su turbia muerte. Suicidio, asesinato o mala suerte, el caso es que Marilyn se marchó sin despedirse y eso siempre sienta mal. Sin embargo para mí siempre será una de las inmortales del cine. Poco valorada y más famosa por detalles superficiales que por su verdadero yo. No hay duda de que Marilyn fue un gran personaje, quizá el mejor de Norma, su gran interpretación, ojalá su guión hubiera tenido más  páginas.
Hoy no voy a alegraros el final del post con una canción sino con un clip de mi personaje preferido. Disfrutad de la vida. Superad los malos ratos. Bebed vino y tomad el sol. Nuestro tiempo es limitado. Sed felices.  



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