sábado, 28 de enero de 2012

Nostalgias y "Get backs"...

Yo creí que uno de los signos de que los mayas tenían razón y el fin del mundo llegaba el 2012, era que “Pit Bull” y sus duetos triunfaran en el mundo de la música. El mundo está cambiando a mi alrededor y a veces parece que te cuesta un poco adaptarte a él. Después hablas con la gente y descubres que no eres la única, sino que este desasosiego tiende a ser un viral. Todos tenemos smartphones, aplicaciones totalmente inútiles, discos duros, y una plena desconfianza en el futuro que nos viene.
Al mismo tiempo, parece que está de moda entre la gente de mi generación colgar cosas en las redes sociales que nos distinguen de los demás. Hay fotos diversas: De los muñequitos Airgam boys (¿se escribe junto o separado?), de los plastidecores, de las plantillas para dibujar la península ibérica y de preguntas sobre la relación entre un cassette y un boli Bic.
Además últimamente he asistido a más de un evento “revival”.
Un día de las fiestas locales de mi ciudad (pequeña ciudad), vino a tocar el grupo “La Guardia”, yo confieso que no creí en el proyecto desde el primer momento...pensé ¿A quién le interesa volver a leer las cartas del cajón?...y de las mil calles que llevan hacia ti ¿has escogido ya alguna o sigues dando tumbos sin saber cuál elegir?...
Pues sorpresa sorpresa, el día del concierto hubo un llenazo total. Gente a la que hacía años que no veía, estaban allí en la carpa con la cerveza en la mano coreando a pleno pulmón. En serio. Yo iba pasando lista de la gente y pensando ¿Pero dónde se habían metido todo este tiempo?
El caso hubiera quedado en anecdótico si no fuera porque un incidente aislado es una cosa única, dos incidentes una casualidad, pero tres incidentes y suma y sigue ya empiezan a marcar una pauta.
Sí señores, la generación de la margarina tulipán que llegaba en helicóptero, de las magníficas mañanas de los sábados con “La bola de cristal”, y de los que olvidábamos los donuts...hemos salido del lado oscuro. Parece que la nostalgia nos da esa seguridad que habíamos perdido, nos sentimos a salvo entre nuestros semejantes. Y cada vez nos reunimos más a menudo.
Hemos crecido, algunos se han reproducido, hemos cogido responsabilidades que juramos que no cogeríamos y la vida nos ha llevado por distintos caminos.
Sin embargo, un día te encuentras conduciendo y tarareando a los “Madness”, y te sientes como los músicos que se reúnen después de mucho tiempo se deben sentir, como si volvieras a casa, como si en un metafórico viaje al pasado, el adolescente que en el fondo nunca has dejado de ser, tomara otra vez tu cuerpo y reconquistara tu vida. Por un instante, sólo por un instante, vuelves a ser capaz de conquistar el mundo. Es como si el pasado, como si cada una de tus pequeñas y grandes experiencias se juntaran en forma de gasolina y te dieran la fuerza suficiente para encararte con el futuro. Y es esa adrenalina la que deberíamos conservar para poder soltarla de vez en cuando y decir...”Es mi mundo, y tengo mucho que contar y mucho que exigir”.

1 comentario:

  1. Nena, se m'ha posat la pell de gallina i tot! Imagino que som molts els que ens sentim identificats amb aquesta generació, així que no deixem que s'oblidi mai! Emocionar-se sempre és bo, ja sigui amb coses del present, del passat i, per què no, del futur! Gràcies per expressar tan i tan bé allò que molts sentim i no sabem explicar!!

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