lunes, 10 de abril de 2017

Guilty Pleasures

Algo curioso tiene la expresión “placer culpable”. En principio me vienen a la cabeza connotaciones de “pecado” que por algo estamos a Semana Santa y me tienen frita con las fotos de vírgenes y cristos que salen a pasear estos días.
Pero luego lo pienso mejor y creo que esta expresión la hemos acuñado nosotros por otras razones. Postureo. Todo es postureo.
En el fondo nos encanta impresionar. Todos vemos los documentales de la 2 y “Saber y Ganar”. Pero las audiencias dicen lo contrario. Todos leemos cosas muy intelectuales. Pero el libro de Belén Esteban entró en las listas de los más vendidos el año pasado.
Yo no tengo placeres culpables, más que nada porque tengo poca vergüenza a la hora de confesar las cosas con las que disfruto. Claro que también tengo poca vergüenza a la hora de reírme de alguien que considere que comprar el libro de Belén Esteban por Sant Jordi tenga algo que ver con la cultura. Pero la verdad es que sí tengo cosas que me gustan pero que podrían no casar conmigo, al menos al estereotipo que puedes hacerte de mí a primera vista.
Así que confieso. Algunos de mis placeres son cantar a voz de grito mientras conduzco “Ooops I did it again” de Britney Spears.  También me río un montón con las películas casposillas de lo que solía ser “Cine de Barrio”. En otra época me tragué todas las historias de Meg Ryan, claro que ahora sólo podría seguir defendiendo públicamente “French Kiss”. Y ahora el más vergonzoso de todos. Soy una fan de la serie “Betty la fea”. Sí, la ví en diferentes versiones. Y aunque suelo justificar mi gusto por la serie diciendo que es divertida, debo confesar que ese triunfo del amor del patito feo moderno, me encanta.
Asumamos que somos humanos. Y que como humanos somos seres complejos que podemos encontrar el placer en los sitios más variopintos.
Y para que veáis que no todo es Britney, ahora mismo estoy teniendo un momento de placer absoluto. Estoy escribiendo este blog en una terraza al sol, en una panadería donde las “jefas” me acaban de poner, para mi deleite, un CD de Joan Manuel Serrat. Y oigo los comentarios de las mesas vecinas diciendo que les encanta Serrat. No tiene mucho mérito porque en el fondo Serrat es como el chocolate. ¿Hay alguien a quien no le guste?
Y como tengo toda la Semana Santa por delante y disfrutando de vacaciones, pienso dedicarme a todo placer que se me presente y a extirparle cualquier sombra de culpa. Y vosotros, ¿sois capaces de confesarme alguno de vuestros placeres vergonzosamente ocultos?

Os dejo para que lo penséis. Y como canción no os voy a poner a Britney, porque ni siquiera yo tengo narices para eso. Pero os pondré otra de las que nunca diríais que me gusta. Sed libres de disfrutar y sobretodo sed felices. 


1 comentario:

  1. Para mí es un verdadero placer ofrecer mi ticket de parquímetro usado pero no consumido del todo a alguien que acaba de aparcar. ¿Eso es un placer culpable? preguntareis, ... Bueno sólo los ofrezco a las mujeres.
    Me gusta cuando me sonríen agradecidas.

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