Mi
mente a veces juega a ser rara, quiere ser original y se pone a crear mundos
con un código único.
Por
ejemplo, asocio imágenes con palabras, cuando pienso en la palabra “Tristeza”,
viene a mí una imagen de un domingo de niebla espesa y calles vacías. Cuando
pienso en la palabra “Aburrimiento” veo un desierto infinito, dentro de un
lento reloj de arena. Los aromas de vainilla y canela los asocio con la gente
que me gusta. Y el sabor del chocolate negro lo identifico con la tentación. Las
primeras notas de la canción “Take Five” de Dave Bruebeck me aseguran que voy a
pasar un buen rato. Y los carteles de las películas en el metro me prometen viajes
a lo desconocido.
Y
es que nuestra mente, nuestra vocecilla interior, es la responsable de que
vivamos las cosas de una manera o de otra. Por ejemplo, puedes ir a un
mercadillo, dar una vuelta, tomar un café y volver a casa. Y aquí se acaba
todo. Has visto lo que te muestran. No has comprado nada, o quizá sí. Un cuadro
de madera que tiene dos años y está fabricado en China, imitando un cartel de
los años 50 en Norteamérica. También lo venden en Ikea.
O
puedes darte una vuelta por los mercadillos de segunda mano. Y vivirlo. Si yo
tuviera un puesto en uno, regalaría el relato de cada objeto expuesto.
Por
ejemplo, este reloj sólo marcó las horas felices. No funciona pero son las 3 y
10 como en el cuento de Benedetti, se quedó parado aquí porque fue la hora más fantástica
de su existencia. Cómprelo y seguro que algo bueno le pasa a esta hora. Eso sí,
debe mirarlo cada día, un reloj se deprime cuando no lo miran y tiende a
señalar sólo las horas amargas.
Quédese
con este pañuelo, cada vez que lo ponga alrededor de su cuello va a sentir que
es sábado por la tarde y oirá una melodía de Gershwin. ¿No le gusta Gershwin?
Entonces pruebe con esta bufanda, se quedó anclada en un concierto de los
Rolling en el año 1979. Va a pasarlo usted genial, ya me contará.
Si
se lleva este juego de café, cada vez que lo utilice le llegaran imágenes del
líquido que contenga la taza, yo una vez tomé un café tan fuerte que viajé a
Colombia desde mi salón. Fue bonito, pero me resfrié. Un paisaje precioso, eso
sí.
¿Este
espejo? Es un poco peligroso. Refleja las vidas que no hemos vivido. Sólo debe
comprarlo en dos situaciones, la primera que esté usted perfectamente feliz con
sus decisiones vitales. La segunda que sea usted profundamente infeliz con
ellas. En el primer caso se dará cuenta de la suerte que ha tenido con los
caminos escogidos. Pero si es usted infeliz, puede ver sus otras vidas como si
viera la televisión. Para entretenerse un poco. Y quién sabe si en algún momento
le inspirará para vivir su vida como quiera. Ya sabe que todo lo que usted
desee está a una decisión de distancia.
Veo
que le interesan los libros antiguos. Estos le contaran historias interesantes,
no tienen nada de sobrenatural, pero al mismo tiempo tienen toda la magia de un
libro ¿qué más podría pedir? En el fondo un libro es el objeto más poderoso que
existe, pero también el más complejo, no todo el mundo sabe utilizarlo.
No
compre esta alfombra. Está maldita. Se pierde y aparece en los lugares más
insospechados. No sé que hace aquí, la verdad es que no quería venderla. Hace años
que la tengo encerrada en mi armario de cosas para reparar, pero aparece aquí
cada domingo. No se deje engatusar, está tejida con la seda de Cachemira y
parece una ganga, pero le va a traer más de un dolor de cabeza, sobre todo
porque cuando se pierde nunca regresa vacía. Una vez vino con un señor
desconcertado, otra con una moneda celta y otra, para mí la peor, vino con día
perfecto de verano, desde entonces nunca he podido vivir otro igual, ya que
todos los comparo con aquél. Llévesela y no me la pague, me sentiría mal
cobrando por ella.
Creo que con este extraño post, lo que quiero decir es que somos lo queremos ver, y vivimos lo que queremos vivir. Nadie debería conformarse sólo con lo que se muestra a simple vista, eso reduce la vida a simple existencia.
Sigo
con mi lunes, le doy un descanso a mi mente y me pongo a trabajar. Mi reloj aún
no marca las 3 y 10. Os dejo con una orden que a la vez es un deseo. Soñad con
aquello que deseáis. Y naturalmente, sed felices.
Vaya entrada tan chula! Un recordatorio sobre el poder de los sueños y los deseos... y de lo mucho que los ignoramos. Me quedo con tu frase: somos lo que queremos ver. Creo que, efectivamente, la manera en la que filtramos la realidad nos condiciona de una u otra manera. Y lo mejo, es que tenemos l poder para cambiar lo que vemos.
ResponderEliminarUn saludo! Cuanta magia tiene esta entrada!