Creo que más de una vez he
cantado a los cuatro vientos mi casi irracional, infantil, incondicional e
icónico amor por el detective Sherlock Holmes.
Sir Arthur Ignatius Conan
Doyle (sí, Ignatius) nació un 22 de mayo de hace 159 años. Con tal excusa, como si
necesitáramos una excusa, hoy me dispongo a parlotear un poco sobre él.
Creo que me hubiera llevado
bien con ese señor. Aunque era médico e intentó encaminar su vida profesional
en este campo, según él la falta de pacientes que entraban en su consulta le
daba el tiempo necesario para dedicarse a escribir.
Entre algunas curiosidades: le dio clases de golf a Ruyard
Kipling; fue uno de los primeros aficionados al esquí que practicó en Davos donde
fue a vivir para intentar mejorar la salud de su primera esposa Louise; su vida
espiritual era compleja como debe ser, no os fieis nunca de alguien que siempre
esté seguro de estos temas; aunque fue criado con cierta religiosidad, la
abandonó para volver a ella después de la muerte de Louise y coqueteó con los
temas parapsicológicos llegando a ser socio del “The Ghost Club” donde se
codeaba con Houdini, otro de mis iconos. Sé que cuando hablo de espiritistas y
parapsicología os vienen a la cabeza los programas de madrugada del tarot, pero
nada más lejos. The Ghost Club era una asociación nacida en Cambridge, algunos
de sus miembros conocidos fueron escritores y poetas como Charles Dickens y
W.B. Yeats y otros fueron hombres de ciencia como Charles Babbage o William Crookes.
Pero volvamos a Conan Doyle,
quien fue el padre de la “criatura” más famosa de la literatura policíaca con
permiso de Miss Marple y Hercule Poirot. La primera historia donde apareció
Sherlock fue “Estudio en Escarlata” el año 1887. Y allí empiezan a compartir el
piso 221B de Baker St. nuestro Holmes y el Dr. Watson, siempre bajo los atentos o no
tan atentos cuidados de la Sra. Hudson que era su casera. Se comenta que hubo
un predecesor del famoso detective que fue creado por Edgar Allan Poe y que se
llamaba Auguste Dupin, aunque no llegó a tener la fama de Sherlock, sí
que compartía ciertas habilidades con él. Conan Doyle sin embargo, afirma
haberse inspirado en un profesor que conoció mientras estudiaba medicina,
precursor de la ciencia forense, mente lógica y analítica y poeta aficionado, llamado Joseph
Bell. Curiosamente los creadores de la serie “House M.D.” también dicen haberse
inspirado en él para la creación de su personaje. Aunque yo siempre pensé que era un homenaje a Sherlock.
Conocí a Holmes siendo adolescente
y cuando lo leía siempre pensaba que en realidad el detective era un “alter ego”
del escritor; y me pasaba lo mismo con Pepe Carvalho y Manuel Vazquez
Montalban.
Hay que reconocer que había
muchas trampas en las historias de Sherlock Holmes, las pistas eran casi
siempre visibles sólo para el detective dejándonos a los lectores como simples
admiradores de su inteligencia y observación y sin poder participar en la
adivinación de quién era el asesino. Sin embargo si algo es capaz de seducir es
la inteligenci, así que mi corazón estaba a veces dividido entre Sherlock y su eterno
enemigo Moriarty.
La relación amor
odio que tenía Doyle con Holmes llegó a tal punto que una vez lo dejó morir
junto a su archienemigo en las cataratas de Reichenbach, la gente en Londres
llevaba crespones negros en señal de duelo, la familia real británica expresó
su consternación y Doyle que en principio se negaba a revivir a su hijo literario, decidió
resucitarlo en la siguiente novela, al
fin y al cabo había que comer.
No voy a hablar hoy de las
adaptaciones cinematográficas y televisivas, que las hay, buenas y algunas
insultantemente malas. Hoy me quedo con el aroma de los libros de papel. Dato
curioso (para mí) nunca he leído una historia de Sherlock Holmes en mi ebook.
Voy a dejaros con alguna de
las brillantes frases del detective de los libros. Entre las cuales no está “Elemental
Querido Watson”, eso es cosa de las adaptaciones. A ver si os tiento y os animáis a leer alguna.
“No hay nada más engañoso
que un hecho evidente”
“Usted ve, pero no observa”
“Nunca supongo. Es un mal
hábito, destructivo para la facultad lógica”
"Me horroriza la aburrida rutina de la existencia. Tengo ansias de exaltación mental"
“Me llamo Sherlock Holmes y
mi trabajo consiste en saber lo que otros no saben”
Os dejo hasta pronto y
aunque este post tenga sabor de taza de té y niebla tras la ventana, yo tengo
ganas de verano y buen tiempo, así que os regalo el verano que nos describió Vivaldi que eso siempre alegra el alma. Sed
felices.