jueves, 12 de junio de 2014

Esos días perfectos.

Hay días en que todo sale bien. Es una forma que tiene el universo para decirte: eiii, que no soy tan hijoputilla como piensas.
El viernes pasado fue uno de esos días. Desde que me puse encima de la báscula del cuarto de baño y vi la cifra que hacía seis meses esperaba ver, hasta la madrugada en que volví al apartamento haciendo eses, todo fue perfecto.
Fui de fin de semana a la playa y nada más llegar, encuentro aparcamiento a la puerta del hotel, nos hacen un “upgrade” y pasamos a tener un apartamento con la piscina en el jardín. He decidido que quiero una casa con piscina. Eso de levantarse y pasar del pijama al bikini es una gozada. Voy a un concierto dispuesta a pagar entrada y me dicen que ese día es gratis. Yo sospecho que la música será mala, por eso de que hay que pagar el karma del día. Pero empieza a sonar y resulta que es buena, Dixie de Nueva Orleans. La única cerveza del bar es mi preferida. Y paso una de las mejores noches que recuerdo.
A veces todo sucede así de fácil. Deja de llover. Te entran mensajes en el móvil de alguien que hace tiempo no sabías nada. Terminas un libro perfecto y empiezas otro que pinta mejor. No paras de sonreír. Y sólo falta una banda sonora y títulos de crédito para redondear la sensación de que todo está en armonía.
¿Qué pasa el día después? Pues que todo sigue igual de bien. Porque has subido a ese tren de ventanas amplias que te permite disfrutar del paisaje. Que te tomas las cosas de buen humor. Aunque te baje la regla un día de playa. Aunque seguramente los helados y la cerveza hacen que la cifra del viernes pasado sea sólo un buen recuerdo. Pero entonces te das cuenta de que la suerte, muchas veces es cuestión de actitud. No es lo que te pasa, sino como te tomas lo que te ocurre.
Empieza el verano en 3,2,1… y os quiero mandar mis mejores deseos para que lo paséis como nunca. Disfrutad de donde estéis: playa, ciudad o montaña. Buscad gente nueva o quedad con amigos de siempre. Id a conciertos y cantad a voz de grito, aunque el vocalista se empeñe en equivocarse.
Haced algo que os de miedo. Dadme noticias vuestras. Sentaos en un café e inventad historias de los que pasan por delante. Y disfrutad de los días que vienen.

Yo supongo que seguiré escribiendo durante los meses de calor. Pero por si no nos vemos, sed felices y buen verano.

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