jueves, 18 de agosto de 2016

La chica de la curva.

Que el día se empiece a acortar, significa que muchas veces conduzco antes del amanecer.  Sobre todo en lunes. Cuando vuelvo de fin de semana y voy directa al trabajo. Pues en ese tiempo a oscuras, los pensamientos vienen a mi mente como polillas a una bombilla. Por ejemplo,  esta semana, me di cuenta que al conducir de noche, sólo unos metros quedan iluminados delante de mí, y todo a mi alrededor queda en penumbra, y es allí, en ese lugar donde se agazapan los miedos que sacan la cabeza y alguna vez saltan a la carretera.
Sí, hoy nos acompaña la chica de la curva. Esa fantasma cargada de "buenas intenciones" que te avisa de un tramo peligroso de carretera.  Cuando te aproximas a dicho tramo, resulta que la "hijaputilla" te suelta: Yo morí en esa curva. Y desaparece de tu coche. Olé tu. ¿En que quedamos? ¿Vienes a avisarme o a que me de un ataque al corazón?  Pues inspirada por esa chica, que dedica la eternidad a asustar a conductores, me puse a buscar por la red, leyendas de carretera.
Y resulta que hay un montón. Luces en el cielo. Monstruos deformes que inmovilizan tu coche. Niños que juegan cerca de la cuneta vestidos como del siglo pasado, e incluso antiguos romanos construyendo una vía. Vamos, que te pones al volante de madrugada y según donde vayas hay más gente que en una romería.
En realidad creo que la chica de la curva no busca venganza, ni quiere ayudarnos. Sólo busca contacto. Como todos los fantasmas, esos que han quedado atrapados en realidades paralelas. Esas realidades que de noche se vuelven visibles, para algunos de nosotros.
Nunca he tenido ninguna experiencia de estas. Sí he visto ojos brillantes en los arbustos, y he dado por sentado que eran de jabalí o de zorro.
Pero, ¿y si resulta que los fantasmas son habitantes de otra realidad?. ¿Os imagináis a la chica de la curva explicando su vivencia a sus amigas? Me ha parado un coche muy raro, como me ha dado miedo, le he dicho que morí en esa curva y el tío ha desaparecido, de repente he quedado sentada en la carretera. O los niños del siglo pasado, advertidos por sus padres: cuidado, no juguéis por aquí, a veces pasan máquinas de metal con luces sobrenaturales. ¿Y los trabajadores romanos? Explicando a sus mujeres que la vía es una construcción maldita, porque aparecen cuadrigas sin caballos.
¿Y si en realidad, nosotros somos los fantasmas? Pensadlo bien.
Yo por si acaso, soy de las que no recoge autoestopistas. A no ser que los conozca. Bueno, como es agosto, y el calor aún aprieta os dejo con un tema para cantar mientras conduces en descapotable, "Route 66". Sed felices y precaución al volante.  


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