lunes, 20 de marzo de 2017

El medidor de la felicidad.

Pues me he enterado de que hoy es el día internacional de la felicidad. Que se me ocurre que hace nada fue el de los enamorados, el de la mujer, el día del nº pi, o ayer mismo el del padre, y suma y sigue. Si seguimos así, veremos el día de “ir al super a por leche y volver a casa con dos bolsas y un sherpa cargando cosas de oferta”, el de “hoy salía de tranqui, pero llevo tres absolut con naranja”, o el dedicado a mí “me encanta conducir, pero aparco fatal”. Es curiosa esa necesidad del ser humano de celebrar fechas en el calendario y conmemorar cosas. Que no lo critico, yo soy muy de celebrar todo lo celebrable. Pero el día de hoy me ha llamado especialmente la atención. ¿Quién decidió celebrarlo? Pues, queridos y felices amigos, la decisión salió de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en 2012, a partir de una propuesta del Reino de Bután. Resulta que en ese país tienen una manera de medir la “felicidad nacional bruta” el FNB, en un cuestionario de 180 preguntas que consideran cosas como: el bienestar psicológico, el uso del tiempo, la cultura, la salud, el nivel de vida y el gobierno entre otros.
Y ahí es donde me han quitado toda la diversión al asunto. Aunque admiro a un gobierno dedicado a estos temas, sobre todo si se dedica a crear un ambiente propio para disfrutar de la felicidad, creo que ésta es subjetiva. Por ejemplo, ayer fui feliz en una charla donde recordábamos haber visto hace mil años la serie “Doctor en Alaska”. Hoy que empieza la primavera, me he sentido feliz cuando unas obras en la carretera me han detenido en una curva del pantano de Escales, desde donde hay unas magníficas vistas, he bajado la ventanilla, he subido la música y he disfrutado de unos minutos de absoluto bienestar, hasta que me han sacado de mi personal Nirvana los pitidos del amargado del coche de detrás, mientras el señor de las obras insistía en darme paso moviendo los brazos como un molino de viento. Fui feliz este fin de semana tomando un estupendo café, mientras me daba el sol en la cara en las pistas de esquí. Hablando de los planes para vacaciones. Leyendo un libro yo sola en una terraza. Escribiendo un capítulo de una novela. Y fui feliz viendo a la gente y hablando de todo y de nada.

Sin más y sin menos. Creo que si quieres ser feliz, lo eres. Como siempre os dejo una canción. “You can never hold back spring”, de Tom Waits que es un poeta y dice cosas como: “A pesar de que el mundo ha perdido su camino, sigue soñando con la primavera”. Hoy, mañana y siempre, sed felices.

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