“No
me gustan las palomas, no respetan el arte público”. Con esta genial frase,
Niles Crane de la serie Frasier, me hizo pensar que soy un poco como él. Sin
embargo no todos los animales son tan soeces como las palomas. Ayer por la tarde
estaba en una agradable conversación que empezó con los superhéroes de Marvel y
no sé cómo, imagino que por los gintónics, derivó a los animales que “cuidan”
del arte. Mi hermana nos explicó la historia de los murciélagos de Coímbra.
Hoy
he navegado un poco por internet y he leído sobre el tema. La biblioteca
Joanina data del siglo XVIII, y se conoce por ser una de las más espectaculares
del estilo barroco en Europa. Pues resulta que por las noches una colonia de murciélagos se
ocupan de acabar con los insectos y ayudan a proteger los 70.000 volúmenes del
recinto. Como no hay ningún entrenador de murciélagos reconocido y la verdad es
que dejarían un rastro de guano por todas partes, antes de cerrar, los trabajadores
extienden unas lonas de cuero sobre las magníficas mesas del recinto.
Hay
más animales guardianes, como los gatos del museo Hermitage de San Petersburgo.
Se dice que este museo cuenta con felinos desde tiempos del Zar Pedro I. Para
proteger las obras de arte de las ratas, el museo tiene actualmente una legión
de unos 70 gatos que ya forman parte del “personal” del Hermitage. Tienen su
sede en el sótano, donde los cuidan y viven y creo que son los gatos más
afortunados del mundo. Deben ser gatos acostumbrados a la belleza. Me los
imagino siesteando delante de los cuadros de Van Gogh o Gauguin. ¿Tendrán sus cuadros preferidos? Me gustaría pensar que sí.
Y
cambiando de tema, como esta semana se acerca el solsticio vamos a ponernos de
punta en blanco para recibir como se merece al verano. Aunque creo que
meteorológicamente ha llegado antes, y eso confirma mi teoría, ya que siempre he
creído que él y la primavera tenían una historia de amor. Y este año se han
reunido. Apasionadamente creo.
Cada estación tiene sus
cosas, su particular personalidad. Si el invierno está asociado al recogimiento
y la lectura de clásicos frente a la chimenea (mi mente funciona así, en
technicolor), el verano está asociado a la libertad. A los paseos en coche por
los pueblos de piedra, a caminar descalza, a poner los pies en el agua del río
y a ser feliz. Os deseo un verano libre, verde y azul. Hoy la banda sonora la
pone Paloma Faith, a quien descubrí la semana pasada porque alguien la colgó en mi muro de facebook. Os la aconsejo. Y os dejo con su versión de "Never Tear Us Apart" Sed felices.
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