Hoy
no tengo muchas ganas de escribir. Pero como es lunes y voy a coger unos días
de vacaciones del blog aprovecho para despedirme de vosotros.
Mis
próximos planes son: un viaje a Londres, donde por fin iré a ver teatro musical
en el mismo West End, como siempre había soñado. Volver y coger unos días de
vacaciones en la playa. Aunque haga frío. Y naturalmente tendré que reenganchar
el trabajo al final de esto. Pero ya se andará.
Aunque
tengo un problema. Me aterra volar. Y mientras escribo esto, tengo un episodio
de “Mentes Criminales” de fondo. Mientras los detectives están en el avión,
vienen turbulencias y alguien se asusta. Mandy Patinkin le pregunta: ¿Problemas
con el control de las cosas?
Y
sí, me he quedado pensando que a lo mejor ese es mi caso. Quiero controlarlo
todo. Quiero que todo me salga tan bien como he planeado y cuando no pasa me
decepciono. Y estoy segura que si Mandy Patinkin lo ha dicho, eso es cierto al
cien por cien. Iñigo Montoya nunca me mentiría.
Conociendo
la raíz del problema, a lo mejor puedo solucionarlo. O tomarme una pastilla, o
tomar un vino en el avión, que con la altura me relaja seguro.
Dejemos
fobia a volar de momento y pasemos página. Hoy hace tanto viento que estoy
segura que si no cierro la ventana voy a amanecer delante del Mago de Oz. Sé
que llego un poco tarde, como casi siempre, pero este viento me recuerda que
tengo entradas para el musical “Wicked”. Y pienso corear interiormente “Defying
gravity” mientras esté en el teatro. Me gusta ese himno a lo imposible. Y creo
que hoy es justo lo que necesito.
Estos
últimos días me ha venido a la cabeza la expresión “Tempus fugit”. Sí, el
tiempo vuela y perderlo es una especie de insulto a nosotros mismos. Lo que no
digamos, se habrá perdido. Lo que no hagamos, no vamos a disfrutarlo. Así que
doy un paso adelante sin mirar el terreno que piso y me propongo disfrutar del
presente sin tanto control, sin estudiar tanto las cosas y sin preguntarme si
he hecho bien o no.
Este
post es más cortito y carece absolutamente de sentido literario. Pero como todo
lo que hago, está escrito con el corazón. Deseadme suerte. Deseadme buen viaje.
Y deseadme que sea feliz. Yo os lo hago siempre. Hasta la próxima.
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