Esta mañana me han
aconsejado la película “Green Book”. La verdad es que la vi el día antes de que
ganara el Oscar. Y cuando salí me sentí bien. Es una película amable y nos
cuenta la amistad muy improbable pero cierta, entre dos personas una blanca y
la otra negra. Viggo Mortensen con un claro sobrepeso no sé si para la película
o porque su mujer cocina estupendamente, interpreta a un italiano pobre, listo (o
más bien listillo) y racista. El ganador del Oscar al mejor secundario
Mahershala Ali, interpreta a un talentoso músico negro que vive como un blanco.
Os aclaro que la historia está basada en hechos reales y está ambientada en los
años 60.
Viggo se queda sin trabajo y
es contratado por el músico para que sea su chófer y asistente. El italiano
aparca un poco su racismo en favor de un buen sueldo y empieza a conducir hacia
el sur de Estados Unidos, hacia esas zonas donde un negro no podía cagar dentro
de casa sino en una barraca para gente de color, normalmente situada en el
jardín. Donde los blancos se creían una raza aria y privilegiada. Y donde la
esclavitud fue abolida por ley pero sustituida por la esclavitud del trabajo
mal pagado, donde con suerte si eras negro te convertías en parte de la familia,
eso sí después del perro.
Green Book, es la guía
escrita por el cartero de color Victor Hugo Green hacia 1936, para que un negro
pueda viajar cómodamente y sin encontrar rechazo por la América de otros
tiempos. Desconozco si la guía existe hoy en día para hispanos, gays o negros,
porque gracias a Trump y los últimos resultados en elecciones más cercanas,
volvemos a los 60.
Una de las anécdotas más
comentadas de la gala de los Oscar, aunque no he visto ninguna imagen, ha sido
la reacción negativa de Spike Lee al leer el sobre con la película ganadora.
Spike también optaba al
premio por la impecable “BlaKkKlansman” (Infiltrado en el KuKuxKlan). Y
entiendo y aplaudo absolutamente su reacción.
La película también basada
en hechos reales explica la historia de un policía negro en 1979 que se
infiltra en la organización racista. Explicada con toques de humor, muestra con
mucha más crudeza una realidad demasiado cercana. Desde las charlas con los
miembros del Klan, a algunos policías que no están contentos con tener un
compañero negro, Spike Lee hace una fotografía de una sociedad que debería
avergonzarnos.
Al terminar de ver la
película, tenía la piel de gallina y me sentí triste y asustada.
Si la primera para mi es una
historia bonita y fácil de ver, sobre cómo la gente muy diferente se acerca y
se influencia mutuamente hasta descubrir que tampoco son tan distintos; la segunda
película te dice que nunca podrá haber este acercamiento porque gritamos
demasiado y porque ponemos barreras donde no deberían estar. Uno de los mejores
momentos de la película de Lee, es la charla de Harry Belafonte, donde explica
como en momentos de crisis es fácil culpar al desfavorecido.
Y después pongo las noticias
y sí, veo que es sencillo culpar a alguien de nuestros problemas. Fácil y
conveniente. ¿A quién conviene? Deberíamos estudiar esto antes de ponernos a
gritar como animales. La realidad es que nos mueven en base al odio. No tenemos
trabajos porque nos lo quitan los de fuera. Las ayudas y los servicios se lo
llevan los de fuera que vienen a acabar con nuestra sociedad de bienestar. Y estamos
convencidos de que el problema siempre lo tienen “aquellos que no piensan como
yo”.
Mientras tanto, hay alguien
a quien le encanta que estemos enfurecidos, porque la rabia no dialoga ni
piensa.
Para terminar mi discurso
que no quiere ser político ni enfadado sino humano, os aconsejo que veáis y
disfrutéis las dos películas.
“Green Book” os acercará a
la humanidad. “Infiltrado en el KKK” os acercará a la realidad.
Y para despedirme os dejo
una canción de Oscar Peterson al piano. Porque últimamente me persigue y como
alguien me aconsejó sabiamente lo mejor en este caso es dejarme atrapar. Hasta
la próxima, sed felices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario