Querido Santa,
Te compadezco un poco porque
igual que el gremio de hostelería y el de peluqueros se te acumula el trabajo
para fiestas. No sé si utilizas un Excel para tenerlo todo controlado, sea como
sea busca en tu base de datos y mira mi nombre. No te fíes de la foto que hay
al lado, quedo fatal en las fotos y últimamente los espejos se me rebotan
también un poquitín, échame una mano con eso. No he sido todo lo buena que
podía ser, pero es que para sobrevivir en la jungla a veces hay que saber
pensar como los depredadores. Sin embargo, mi instinto depredador está bastante
averiado, así que la mayoría de las veces me he portado bien porque no soy lo
bastante lista para ser mala. Les pasa a muchos, sólo que yo me doy cuenta.
Hablemos de dinero. Reparte mejor.
No te pido cash, no soy tan vulgar, pero reparte mejor. Pásate por el
ministerio de Trabajo y sube los sueldos, baja los impuestos y ayúdanos a tener
una sanidad y una educación gratuita.
Trae para todos un poco de
tiempo. Para perderlo. Para mirar como cae la lluvia o la nieve detrás de la ventana.
Para compartirlo con aquellos que queremos compartirlo. Para sentarte en el
cine y conocer mil historias que pasarán a ser parte de ti. Para cantar en un
karaoke o para acariciar a un gato. Necesitamos más tiempo para poder perderlo
con calidad. En la misma caja del tiempo, pon un poco de sensibilidad para ver
la belleza, esa que a veces se escapa si no estás atento, haz que apreciemos lo
fugaz y lo hagamos inmortal en nuestro recuerdo.
Tráenos ganas. Ganas de
mejorar, de sentir, ganas de leer y de escuchar, tráenos ganas de vivir sin
complejos ni tristezas, sin conciencias falsas dadas por los demás. Ganas de
desaprender lo aprendido que ya no nos sirve para nada.
Deja que perdonemos y mucha
parte de ese perdón lo utilizaremos para perdonarnos a nosotros y así poder
avanzar. Trae menos gritos y más risas. Más libertad y menos vetos. Llévate en
el camino de vuelta toda la intolerancia e incultura que encuentres. Llévate el
odio gratuito, ese que parece encender las hogueras y provoca terremotos de
malestar. Llévate también al muermo. Ese del que hablaba Pepe Rubianes en uno
de sus monólogos. Llévatelo lejos porque a veces se sienta delante de nosotros
y no nos deja ver las maravillas que existen al otro lado del cristal.
No te olvides de dejarnos un
poco de buen humor, para poder superar los momentos difíciles.
Como es una carta comunal,
te perdono el carbón que merezco este año, puedes dejarlo a alguien que lo
necesite más que yo.
Besos,
Sofia.
Querida Sofia,
No suelo responder cartas
pero voy a hacer una excepción mientras me tomo un café. Creo que me confundes con alguien que celebra
su cumpleaños el 25. No está en mi poder traerte todo lo que me pides, yo
reparto PSP 4 y Barbies rubias. Pero como tu carta no tenía faltas de
ortografía te voy a regalar unos de consejos.
Si te ves mal en los espejos
y las fotos, seguramente es que los miras mal. Prueba a mirarlos mejor y verás cómo
te devuelven la imagen que tú quieres. Dices que hay que ser un depredador para
vivir aquí, qué quieres que te diga, pienso que los depredadores acaban
sobreviviendo pero se sienten muy solos. ¿Qué reparta mejor el dinero? Pensadlo
mejor vosotros a la hora de votar. Simplemente eso. Y quejaros cuando algo sea
injusto, el que observa una injusticia y no se queja es peor que el que la
comete. A veces nos tratan como dejamos que nos traten y es culpa nuestra.
El problema que tenéis con
el tiempo, es que no lo sabéis gestionar. Dime en qué nivel de Candy Crush
estás y te diré que todo ese tiempo lo podías haber empleado para otra cosa. Las
ganas las tienes, vienen de serie en cada ser humano pero a veces no las utilizáis
como los intermitentes del coche.
Con el muermo yo tengo el
mismo problema y a veces me cuesta echarlo, Peter Pan me dijo que si pensaba en
cosas alegres podía volar, te diré un secreto, el muermo no puede.
He terminado mi café, vuelvo
al taller de juguetes que tengo a los elfos doblando turno y necesitan ayuda.
Dos besos uno por mejilla.
Santa Claus.
Hasta el año que viene, gracias por
seguir leyéndome y sed felices.